Ha sido un malísimo fin de semana para Checo. Peor no podía salir. Y por si fuera poco las críticas se vuelven a cebar con él y Verstappen vuelve a ser el gran triunfador. En Red Bull hay un piloto excepcional y otro señalado. Todos apuntan a Sergio Pérez y su rendimiento.
Y para mí nada es casualidad. Yo creo que Checo está descentrado y nervioso. Está viviendo un año convulso. Su pecado fue ganar dos carreras al principio de temporada y que Verstappen le viera como un rival y no como un compañero.
A partir de la llamada de atención del entorno del piloto neerlandés por la competitividad de Sergio todo fue diferente. Casualidad o no, desde ese momento las cosas han ido de mal en peor para Checo y el liderazgo de Verstappen ha sido indiscutible.
Por si todo esto fuera poco, son muchas las voces en este circo de la Fórmula 1 que aseguran que el futuro de Sergio Pérez no está en Red Bull la próxima temporada, que la escudería ya lo tiene decidido. Demasiado ruido y muchos factores externos que no dejan al piloto mexicano dedicarse exclusivamente a lo suyo, a pilotar.
Por eso, con todo lo que está pasando, creo que lo mejor para Checo sería cambiar de aires la próxima temporada. Da la impresión de que en Red Bull ya ha cumplido un ciclo y otro año aguantando las críticas incluso desde dentro de su propio equipo no parece lo mejor para que él pueda dar su mejor versión.
Ya sé que sería un milagro encontrar una escudería con más posibilidades, pero quizá deba pensar en ser feliz y no encontrarse con que el enemigo lo tenga en casa. Que deje ya Red Bull y busque un equipo que confíe ciegamente en sus posibilidades y, sobre todo, que le apoye a muerte.