Dubái, un emirato en los Emiratos Árabes Unidos, ha experimentado un desarrollo impresionante en solo 31 años. Desde ser un pequeño puerto pesquero hasta convertirse en una de las ciudades más modernas y ricas del mundo, su transformación es notable. En la década de 1990, Dubái comenzó a diversificarse económicamente, alejándose de su dependencia del petróleo, e invirtió en turismo, comercio y finanzas.
Uno de los hitos más emblemáticos de esta transformación es el Burj Khalifa, que se completó en 2010 y es actualmente el rascacielos más alto del mundo. Además, la construcción de islas artificiales, como Palm Jumeirah, ha redefinido la costa de la ciudad y atraído a millones de turistas.
En términos de infraestructura, Dubái ha desarrollado una red de transporte público avanzada, que incluye el metro, y ha incrementado su oferta cultural con museos, galerías y eventos internacionales. Este crecimiento rápido ha hecho que Dubái sea vista como un centro global de negocios y turismo.