El Smyk Microcar de 1957 era un coche pequeño producido en Polonia. Fue diseñado para ser un vehículo compacto y asequible para el transporte urbano.
El Smyk estaba propulsado por un motor pequeño, lo que lo hacía eficiente en el consumo de combustible y fácil de maniobrar por las calles de la ciudad. Su tamaño compacto lo hacía ideal para circular por carreteras estrechas y aparcar en espacios reducidos.