
El estira y afloja del trasvase tuvo que llegar a su final pues como dijo Américo: “no es negociable”; sin embargo, Samuel y el Congreso neolonés sí estuvieron haciéndola de emoción durante varios meses con una clara intención de negarle agua a Tamaualipas, a pesar de que la presa estaba incluso un poco por encima de los niveles considerados en el tratado, para pasar agua de un Estado a otro.
Si bien el discurso de Américo guardó las formas, sí dejó claro que en el futuro no deben estar estrilando el agua, obviamente bajo el entendido que el propio tratado contempla, sobre que en circunstancias excepcionales, podría exentarse, pero esta vez a pesar de la severa sequía que experimentaba Nuevo León, las condiciones estaban para cumplir el trasvase y no lo hicieron.
Mientras que los neoloneses amenazaban con negarnos el agua, Cabeza de Vaca se mantuvo omiso, claro que para grillar y vociferar respecto al proceso de desafuero y las acusaciones de la Unidad de Inteligencia Financiera de la Fiscalía General de la República, ahí sí estuvo pendiente para estar de respondón, mientras que sobre los problemas de interés general no mostraba el más mínimo interés.
El Black Friday regresó a ser algo más parecido a lo que se conocía en los años previos a la pandemia, incluso con el cierre de muchas tiendas durante todo o casi todo el jueves para que los empleados celebraran el Día de Acción de Gracias y dar paso al Viernes Negro con ofertas desde muy temprano en Laredo.
El clima y tal vez otras circunstancias no favorecieron que los laredenses hicieran fila desde días y hasta semanas antes, como solía hacerse, cuando se veía gente acampando para tener ese beneficio de ser los primeros en aprovechar ciertas ofertas, pero aun así, durante la madrugada sí se vieron personas haciendo fila horas antes.